HISTORIA

HISTORIA

Remolino, tierra de gente orgullosa y trabajadora. Pueblito pletórico de historia, leyendas y mágico realismo.

Fundado al pie del magnifico Cerro de las Ventanas. Ese bastión de Caxcanes, que al mando de Tencuitlatl dio una de las mas grandes batallas contra los españoles; la del peñol de Juchipila.

Pero mucho antes de eso, El Cerro de las Ventanas ya era historia, aunque es una historia no escrita y solamente supuesta en teorías. En su cúspide se encuentran las ruinas enterradas de lo que fue un hermoso centro ceremonial, un lugar de dioses, una pirámide de piedra laja pegada con lodo que en su momento debió ser de una belleza incomparable. Ahí están esas ruinas como mudo testigo de lo que pudo haber sido la capital de una civilización desconocida, pero con grandes conocimientos de lo que era la arquitectura antigua. Ahí están esas ruinas, esperando a que el INAH (Instituto Nacional de Antropología e Historia) le eche un poquito mas de ganas y se atrevan a desenterrar lo poco que queda de aquella majestuosidad, porque lamentablemente la naturaleza y la estupidez humana, poco a poco han ido acabando con esos vestigios milenarios. (Por fortuna en la actualidad esas ruinas están custodiadas por esa institución gubernamental)

Una teoría muy bien avalada con pruebas científicas, es la del Ingeniero Reynoso que dice, que en un tiempo no muy lejano, cinco o seis mil años tal vez, el cañón de Juchipila era una enorme laguna, desde Santa Rosa hasta Jalpa. Algunas de las pruebas que alude es que aun se nota la línea recta del nivel del agua bien marcada en la sierra y otra son los terreros, que solamente hay en el área señalada, se deben a sedimentaciones que dejaban las crecidas de ríos y arroyos en la marisma.

Lo mas interesante, es que afirma que en ese tiempo la cúspide del Cerro de las Ventanas era una isla en medio de aquella laguna y que tal vez en esa época fue que la antigua civilización que vivía a orillas de la laguna, hicieron el centro ceremonial en aquella isla.

Por posible causa de algún sismo se derrumbo la cortina natural de piedra que había en Santa Rosa y así se seco aquel lago y solamente quedo el Rio Juchipila.

En tiempos de la conquista la comarca estaba poblada por aborígenes chichimecas , tesoles, bravos y orgullosos, que se negaron a darle impuesto a los españoles y solo argumentaban su negativa diciendo “Caxcán, caxcán” que en su lengua significaba, “No tengo, no hay” y como solo eso decían cuando llegaban los recaudadores, los españoles terminaron por llamar a aquellos lugareños así; caxcanes.

Los caxcanes eran muy rebeldes y fueron atacados primero con la espada, pero luego, los conquistadores la voltearon convirtiéndola en una cruz y así, poco a poco fueron siendo sometidos, con los azotes y la religión, aunque muchos de ellos, prefirieron la muerte antes que la esclavitud y se lanzaban desde lo alto de los cerros para morir despedazados en las filosas piedras.

Durante la colonia hubo paz y prosperidad, los españoles como buenos arquitectos y agricultores, aprovechándose de la mano de obra esclavizada de los indios, hicieron prosperar la comarca.

Los peones edificaban sus viviendas cerca de los lugares donde había agua y que no les quedaran lejos los sembradíos donde trabajaban, así que en esa época había rancherías en lo alto del Cerro, en las faldas del cerro, por la orilla del río, jacales por la orilla de los arroyos, pero lo que era, lo que actualmente es Remolino, había solamente algunos sembradíos y el camino real que venia desde Guadalajara hasta el norte del país.

Cuenta una leyenda que a principios del siglo XIX llego una familia muy grande de apellido Luna, y que sin pedirle permiso a nadie, fincaron sus jacales a la orilla del camino real, frente al cerro. Fueron varios los jacales que construyeron de piedra y lodo con techos de zacate y tal vez por coincidencia o por una estrategia defensiva, aquellas casuchas formaron un circulo con un patio central.

Se dice que aquellas personas se establecieron en aquel lugar, argumentando que eran agricultores en busca de tierras para labrar como segunderos, pero que en realidad, llegaron al cerro buscando un tesoro muy grande que supuestamente había enterrado un chinaco. Cuando la gente supo eso, que andaban buscando un tesoro, los juzgaron de locos, una característica que desde entonces fue heredada a todo remolinense, que lo juzguen de loco.

Por ese tiempo Miguel Hidalgo y Costilla fue derrotado en el Puente de Calderón en Jalisco y en su huida para el norte paso por ese lugar y ahí, los Luna le dieron de comer y de beber. Que cuando llego a Juchipila le ofrecieron alimento y el dijo. “No gracias, ya he comido y bebido en el REMOLINITO de casas que hay aquí cerca”

Ese fue un motivo de burla por parte de los Juchipilenses y así empezaron a llamarle a aquel caserío, el Remolinito de los locos Luna. Luego, el Remolino de los Luna y finalmente solamente El Remolino, nombre que tiene hasta la actualidad.

Los Luna nunca encontraron el tesoro, aunque este si existía y fue encontrado muchos, muchos años después por unas personas de Juchipila. Pero los Luna, tuvieron la fortuna de fundar este pueblo de características tan propias, pues pronto, mas gente se empezó a avecindar con ellos a la orilla del camino real, formando una ranchería sin orden urbano, fincándose cada quien como quería o podía hasta lograr aquel villorrio algo largo, no muy ancho con sus calles lodosas al llover.

En aquella época toda la gente era muy religiosa, a lo largo y ancho de la comarca se celebraban distintas festividades en honor a los santos de la región, principalmente Santo Santiago y San Sebastián.

En Remolino ya constituida como una ranchería no se podían quedar atrás y empezaron a celebrar a la Santa Cruz el tres de mayo, aunque; había una leyenda que contaban las gentes de antes, los que nacieron anterior de la revolución, una platica que les contaron sus padres y sus abuelos, que en realidad... la fiesta del Remolino no era en honor a la Santa Cruz, sino a una niña santa que nació en aquel lugar y que llevaba el nombre de Crucita. Que murió por salvar a su padre de unos ladrones. Que según esto, era muy milagrosa. Muy conocida en todas las rancherías y que en su nombre, en muchas partes también se hacia fiesta en su honor durante todo el mes de mayo. Con el paso del tiempo y por orden de los diferentes sacerdotes que llegaron al lugar, dejaron de rendirle tributo a aquella santa no canonizada y terminaron por celebrar la fiesta del tres de mayo, rindiéndole pleitecía, al aparato de suplicio en donde muriera Cristo el hijo de Dios.

Pero la misma leyenda decía que por ahí, donde en la actualidad esta la cruz que cada mayo se engalana con luces de velas y muchas flores, esta sepultada la niña Crucita, rodeada de tumbas, pues en épocas pasadas todo alrededor de la capilla era un panteón.

Remolino siempre se ha caracterizado por ser punta de lanza en la región. Así como lo emularon otras rancherías para hacer una fiesta similar a la que ahí se celebra, en Remolino han pasado sucesos que han trascendido en la historia de la comarca.

En este pueblito han existido personajes con vivencias muy particulares, pero por respeto a sus familiares, o porque de plano no nos dan permiso de escribir sobre ellos, es que nos abstenemos de hacerlo, aunque con esto, se pierda historia y leyendas lugareñas, es una lastima…si estas historias no se escriben, pasaran al olvido con el paso del tiempo.

Hay tantas gentes que han partido de este plano terrenal y dejado huella en este rinconcito del mundo a quien cariñosamente los nacidos aquí llamamos “LA CAPITAL DEL CIELO” quizás el mas recordado con cariño por su sin fin de anécdotas, don Severiano Muñoz (Chalano) con su característico hablar y su filosofía muy particular, aun es recordado y extrañado cada fiesta de mayo en el concurso de aficionados al canto.

En la actualidad, ser remolinense sigue siendo sinónimo de estar loco y tal vez tengan razón, en Remolino si estamos locos, pero locos creativos ya que este pequeño pueblecito ha sido cuna de grandes artistas, profesionistas, maestros, actores, políticos a nivel nacional, migrantes exitosos, etc.

El remolinense se divierte cuando dicen las gentes de la comarca que están locos y ellos mismos, bromeando lo reconocen y lo aducen a la "gomita" que sueltan las dos hermosas higueras que adornan su plaza.

Locos, si, pero de grandiosa genialidad y organización, que muchas veces causa envidias a los pueblos aledaños.

Por eso y por muchas cosas mas, es un orgullo, un verdadero orgullo presumir que uno es de EL REMOLINO el pueblito que es… LA CAPITAL DEL CIELO.